La historia de Lemuel Bradshaw
Receptor de corazón
Yo tenía 28 años cuando entré a la sala de emergencias de un hospital local con dolor de estómago y me dijeron que no podía irme hasta que recibiera un trasplante de corazón. Por lo que me dijeron, un brote de bronquitis causó una miocardiopatía viral y de ahí comencé mi primera jornada para un trasplante. 20 años después volvía a necesitar un segundo trasplante porque los vasos sanguíneos de mi corazón trasplantado comenzaron a endurecerse.
En ambos casos, quedé sorprendido. En un instante estás disfrutando la vida, al siguiente estás tratando de entender tu inminente mortalidad. En el primer diagnóstico sentí un poco de autocompasión. Solamente tenía 28 años y tuve más de unos pocos momentos en los cuales pensé “¿por qué yo?”. La segunda ocasión ya sabía qué esperar. Sabía a lo que me enfrentaba y estaba más preparado para enfrentarlo.
He tenido mucha suerte de haberme recuperado bien después de cada trasplante. Con mis fuerzas renovadas, he podido perseguir varios de mis sueños. He pasado por muchas cosas, pero ello no me ha hecho una persona amargada. Tengo una hermosa familia, un trabajo que amo y grandes amigos que atesoro. En mi tiempo libre, me encanta hacer ejercicio, escribir y ver televisión, cobijado sobre el sofá.
Mi familia y yo estamos hoy juntos gracias a que dos personas dijeron que sí a la donación y me dieron el regalo de la vida. En agradecimiento, he hecho de la defensa de las donaciones el trabajo de mi vida. Como gerente de relaciones públicas de United Tissue Resources, una agencia de recuperación y distribución de tejidos en Austin, Texas, dedico mucho tiempo a buscar formas de luchar contra nuestros dos mayores enemigos: la ignorancia y la apatía.
¿Mi mensaje? No espere un remedio milagroso; las personas son el remedio. Regístrese hoy como donante.
Lemuel trabaja como voluntario en United Tissue Resources y Texas Organ Sharing Alliance.